domingo, 26 de marzo de 2017

Fruta con sabor a plaguicida


 La fruta que consuminos está contaminada. Las fresas son las más contaminadas, junto con las espinacas y las nectarinas, según el último listado de la organización Environmental Working Group (EWG). 

Las fresas son las frutas que mayores residuos de pesticidas contienen. El uso creciente de pesticidas y otros productos químicos han hecho que haya fresas baratas disponibles durante todo el año, cuando antes solo estaban disponibles durante los meses de primavera y verano; además las agresivas campañas de marketing han estimulado su consumo. 

En 2014 y 2015, científicos del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos analizaron 841 lotes de fresas. Casi todas las muestras (el 99%) tenían residuos detectables de al menos un pesticida y un 29% de 10 o más. La muestra más contaminada contenía restos de 21 plaguicidas diferentes.





El uso de pesticidas en agricultura ha ido aumentando desde la llamada Revolución Verde, a lo largo de los años 50 y 60, del siglo pasado. Algunos de estos son bastante benignos, pero otros, tal y como sostienen los expertos, están relacionados con cáncer, trastornos hormonales, problemas neurológicos y daños al sistema reproductivo. Por ejemplo, la carbendacima, un fungicida que deteriora el sistema reproductivo masculino, se detectó en el 20% de las muestras. La Unión Europea lo ha prohibido debido a su intensa toxicidad.
Los productores de fresas también usan volúmenes de gases venenosos, algunos desarrollados para la guerra química, pero ahora prohibidos por los Convenios de Ginebra, para esterilizar sus campos antes de plantar, matando a cada plaga, malezas y otros seres vivos en el suelo.
Pero no sólo las fresas están contaminadas con pesticidas. Le siguen, las espinacas, las nectarinas, las manzanas, los melocotones, las peras, las cerezas, las uvas, los apios, los tomates, los pimientos dulces y las patatas. En total, según el EWG, se encontraron 178 pesticidas y productos de descomposición de los mismos en las miles de muestras analizadas y cerca del 70% de las muestras de 48 tipos diferentes de productos tenían residuos de uno o más pesticidas.
Por el contrario, el maíz dulce se reveló como el producto menos contaminado por pesticidas. Le siguen el aguacate, la piña, el repollo, la cebolla, el guisante dulce, la papaya, el espárrago, el mango, la berenjena, el melón verde, el kiwi, el melón cantalupo, la coliflor y el pomelo.
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud estima que cerca de un quinto de los 12 millones de casos de cáncer que se diagnostican cada año en el mundo se pueden atribuir a exposiciones ambientales y ocupacionales.
La semana pasada (el lunes 20 de Marzo) arrancó la duodécima edición de la campaña internacional Semana sin Pesticidas. La iniciativa, de origen francés, se celebra exitosamente desde el año 2005 para informar en estos primeros días de la primavera sobre los impactos de los pesticidas en nuestra salud y en el medio ambiente y también para promover alternativas saludables. Para 2017 hay organizados más de un millar de eventos en 18 países.
En España, la Fundación Alborada, la Fundación Vivo Sano y Ecologistas en Acción se unen el 18 de abril en una jornada divulgativa que tiene como protagonistas a las víctimas de los plaguicidas: personas que han sufrido las consecuencias de una exposición aguda o crónica a estas sustancias en el ámbito profesional o doméstico.




Nuestro país es el país europeo con mayor consumo de pesticidas, con más de 40.000 toneladas anuales y la aplicación media de tres kilogramos por hectárea, alcanzando en el caso del viñedo los 12 kilogramos por hectárea entre herbicidas, insecticidas y fungicidas, tal y como detalla Ecologistas en Acción.
Un reciente estudio de los ecologistas desvela que los alimentos españoles tienen residuos de 33 pesticidas disruptores endocrinos, tóxicos relacionados con daños para la salud como problemas reproductivos, cáncer de mama, próstata y tiroides, enfermedades neurológicas y enfermedades metabólicas, como obesidad y diabetes. “La normativa actual, que permite una cantidad supuestamente segura de pesticida en los alimentos, no protege frente a los pesticidas disruptores endocrinos para los que cualquier pequeña exposición supone un riesgo, especialmente en etapas de mayor vulnerabilidad como el desarrollo uterino y la primera infancia, donde pueden producir efectos irreversibles”, denuncian.

2 comentarios:

  1. Ante estas noticias la verdad es que se quitan un poco las ganas de comer frutas y verduras... Y, desde luego, se ve más necesario todavía plantearse el consumo de productos más "limpios" de todas estas sustancias tóxicas.

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  2. Cierto es que la mayoría, por no decir todos, los alimentos que comemos están repletos de sustancias que pueden llegar a ser nocivas, y es una pena que algo tan esencial y beneficioso como la fruta esté adulterada con pesticidas. Debemos, por tanto, ir avanzando para conseguir obtener alimentos totalmente naturales a precios asequibles.

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